Quien se ha enamorado alguna vez por Internet sabe que los sentimientos son reales. Puedes no creer en que la relación funcione, pero sabes que lo que se siente es real. El amor cibernético es sacrificado, requiere de mucha paciencia y fe, pero para bien y para mal, es real. Puede ser el amor de tu vida, pero también puede romperte el corazón en mil pedazos si no tomas precaución.

Sabías que 

Vivimos en una era moderna, una era cibernética en la que el acceso a Internet acorta todas las distancias. Es una era en la que te enamoras a través de una pantalla y tu corazón se vuelve adicto a pasar las horas en espera de que él se conecte…

¡Cuánto se puede sufrir con una relación de ese tipo! Sufres porque sabes que no puedes sentir la calidez de su piel, porque no puedes sentir su respirar y sobre todo porque no puedes sentir el aliento de su boca musitándote al oído lo mucho que te ama.

La situación muchas veces se vuelve obsesión, se vuelve locura… ¿Y qué pasa cuando a pesar de saber que se aman mutuamente, deciden terminar con esa relación a distancia? ¿Qué pasa cuando deciden que ese amor no lleva a ninguna parte? Cuando dan fin a ese sentimiento, dejándolo oculto en el fondo del corazón, ¿quién sufre más de los dos? ¿Quién lleva la peor parte?

El amor por Internet es real

El dolor y el amor son tan reales como si lo tuvieras a tu lado. Lo sientes tan real como si viviera en el mismo lugar que tú…pero desgraciadamente, los dividen miles de millas, kilómetros, mares, fronteras… Y aunque se hacen una y mil promesas de encontrarse en algún lugar, de que nunca se acabará ese sentimiento, si los encuentros sufren retrasos una y otra vez, al final se termina la paciencia, a la vez que aumenta el deseo de mirarle, de besarle, de estar a su lado…

Los amores a distancia son dolorosos muchas veces, porque te dominan los celos. No puedes evitar pensar en qué estará haciendo durante las horas en las que no estás conectada al computador… A la distancia no es tan fácil tener la seguridad plena sobre el ser amado. Es difícil no sentir celos, sobre todo cuando miras esas publicaciones en su muro… y aunque te jure amor eterno, no es fácil confiar plenamente.

Lo más difícil del ciber amor

El amor cibernético duele, y siento que la que más sufre y se lleva la peor parte somos nosotras, las mujeres. Solamente nos ayuda nuestra seguridad enorme, nuestra fortaleza. A nosotras nos alimenta la vanidad y el orgullo de ser mujer, y por eso no decaemos en esos momentos…

Si tienes un amor cibernético, sólo vive el momento… y ama, pero con cautela. Ten los pies bien puestos sobre la tierra, porque probablemente no llegue a su fin deseado.

Aunque por otro lado, quién sabe, siempre es posible que él venga a ti y se cristalice esa relación… y tengan un final feliz.
Autor: Shoshan.
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